Fui piedra
Fui piedra y perdí mi centro
y me arrojaron al mar
y a fuerza de tanto tiempo
mi centro vine a tomar
Las que pasó Jesús,
y como tu no te rebeles,
más grandes las pasas tú.
Una metáfora vital; piedras antiguas de molino que por el desgaste, dejan de girar, terminan en el mar hasta que por la erosión desaparecen uniendose al todo. No sé si la copla de esta soleá es la más antigua que se recuerda, pero sin duda es una de las que más recorrido ha tenido desde que la jerezana Mercedes Fernández Vargas, la Serneta -magistral cantaora y guitarrista gitana- la bordara a finales del siglo XIX por tablaos de Jerez y Utrera. Una oración que aprendió de la vieja escuela de Triana, donde Andonda sentaba cátedra por soleares.
La Serneta era tía abuela del Borrico de Jerez y estaba emparentada con descendientes de Paco la Luz. Era -y es- un icono y referente del flamenco femenino de todos los tiempos. En 1901 explicaba en una entrevista el por qué de su apodo: «Porque disen de un pájaro, que le yaman serneta, que es mu ligero, y como yo era mu viva de pequeña, me decía mi mare: ¡Anda, que paeses una sernetiya! Y Serneta me quedó«
El cante de la Serneta, la soleá de Utrera, ha sido cultivado y difundido por los más grandes, desde Pastora Pavón, la Niña de los Peines o Manuel Vallejo, a Fernanda de Utrera, El Pinini, María Peña, Juan Breva o Don Antonio Chacón, que sentía una gran admiración por ella y viajaba frecuentemente a Utrera para oirla cantar. No fue solo quien la apadrino para que tocara en el Liceu Rius de Madrid sino también el primero en reaccionar ante los problemas económicos que tuvo la jerezana en sus últimos años. Se conocieron en el café del mítico Silverio, cuando Chacón estuvo cantando nueve meses seguidos por dieciseis pesetas y media la función, una pasta entonces.
La Serneta fue también fue valorada por su forma de ejecutar las soleares de Triana, siguiendo las pautas que marcó la Andonda -que fue amante de El Fillo-, y que continuaron Silverio Franconetti, Ramón El Ollero, Pastora y su hermano Tomás Pavón, Pepe Pinto, Pepe de la Matrona, Antonio Mairena o Fernando el de Triana -quien dejó escrito sobre ella : «En esta gitana de sin par belleza, volcó la divina Naturaleza el tarro de la salsa y el grado máximo del faraónico estilo del cante por soleá«. Flamencas contemporáneas como, Joaquina de la Vega declararon -«El Liberal«, 1928- que la Serneta también cantaba martinetes, polos y seguiriyas.
Uno de los discípulos más aventajados de Chacón y Pepe de la Matrona, Enrique Morente, las neuronas del flamenco, también la dejó grabada y gracias a su influencia ha sido tarareada por gente del más variado y diverso gusto musical; desde el flamenco más hondo al noise punk de Lagartija Nick o al rock de Los Evangelistas, incluso en la voz de Estrella acompañando al Patito Feo de La Mala Rodríguez.

La Serneta
“Con los cantes de Merced Fernández Vargas hemos tenido mucha suerte. Conservamos cinco o seis soleares suyas. Algunos cantaores, vivos aún, conocieron personalmente a la maestra de la soléa y de ella aprendieron sus cantes. Tal, Pastora Pavón, que de niña pasó temporadas en casa de la Serneta. A la Serneta le gustaba el cante de Pastora. Tanto Pastora como su hermano, el gran Tomás, hicieron magistralmente los cantes de Merced. También solía cantarlos Manuel Torre. Por su conducto han llegado hasta nuestros días salvándose del olvido, pues la Sarneta no llegó a hacer discos. En las soleares de la gran cantaora jerezana late el alma de Sevilla. Es la vieja y grave escuela de Triana la que se remoza en el arte inimitable de Merced. Es un eco vivo y directo de la bravía Andonda el que endulza y pasa del grito al gemido en las soleares de la Serneta. La difusión de sus cantes fue enorme. Juan Breva y Chacón los hacían con frecuencia, y los que muchos califican a la ligera de soleares de Juan Breva, son los de Mercedes Fernández Vargas”. Ricardo Molina, 1963.
También te puede interesar...
- Mestizas - mayo, 2023
- Romero, romero - mayo, 2023
- Nada es eterno - enero, 2022
