Martirio: «Tengo los pies en las raíces y los sueños en las nubes»
Siempre te has movido musical y artísticamente en terrenos fronterizos, con gran respeto a las tradiciones heredadas pero también con mucha capacidad de innovación, de situarte en esos sitios donde no rigen las normas, lo previsible. Tu trabajo me recuerda esa frase de Leonard Cohen que me gusta mucho citar: «hay una grieta en todas las cosas y es ahí por donde la luz entra». ¿Te sientes identificada con este concepto, con esa idea?
Claro, ¡me encanta esa frase! Siempre me he movido en la frontera, estudiando, buscando, eligiendo, uniendo, respetando y avanzando.
Ésta es una revista de cultura andaluza. Así que te tendré que preguntar por eso. ¿Cómo le explicarías a un extranjero lo que significa lo andaluz en tu vida y obra?
Yo respiro Andalucía por cada poro y se me ve y se me siente. Ser andaluza confiere el carácter a mi obra, está impregnada de ese aire flamenco, del humor y el apasionamiento, de apertura, comunicación, de venir de un estómago de culturas mezcladas para enriquecer la diversidad y por ello fusionar de manera natural, Riesgo y aventura, cercanía y cariño, búsqueda de la verdad en la vida y ponerle alma a lo que haces sin escatimar esfuerzos personales o económicos. Ser andaluza es ir hacia adelante. Mar abierto. Cómplice del horizonte.
¿Para ser sabia hay que tener siempre la actitud de un aprendiz?
No concibo otra forma de aprender. Yo nunca tengo la sensación de haber llegado, sino de estar en ruta y con los ojos y la mente bien abiertos para asimilar lo nuevo que tenga que ver conmigo.
Tu último trabajo antes del recopilatorio de los 30 años es sobre una de las grandes mujeres de la canción popular contemporánea, Chavela Vargas. ¿Qué has aprendido de Chavela y qué crees que has aportado a esas canciones tan míticas?
He aprendido con ella y con el desarrollo de este trabajo que nos ha llevado a lugares tan increíbles, como Morelos, (Cuernavaca) a pocos kilómetros de donde vivía… ¡Tantas cosas tenía! Su vocación, dignidad, valentía, libertad, gusto para los repertorios, su forma de paladear las palabras dándole todo el sentido de lo vivido sin miedo… La falta total de purpurina. Creo que hemos hecho Raúl y yo, unas versiones de sus temas con verdadero amor en “De un mundo raro” aportando nuestro estilo y nuestra forma de interpretar. Llevando el ritmo a los palos flamencos. No hay copia: hay homenaje y recreación de las canciones de una mujer que amamos y con la que hemos compartido amistad, cariño y música, devolviéndole una pequeña parte de sus enseñanzas, a nuestro compás flamenco, (que le encantaba), el compás de las casas de Andalucía, con la mayor desnudez, a guitarra y voz, con todo el respeto y el vínculo emocional que existe entre nosotros y con Ella.
Hablas siempre de Chavela como «la chamana». Y lo era. ¿Qué hay de chamana en ti?
Hablo de Chavela y la canto con un amor total, he aprendido mucho de Ella y sí, creo que era una chamana porque curaba con su canto, con el testimonio de la libertad y la dignidad. Yo sigo aprendiendo y ojalá mi canto le sirva a la gente.
Ya tienes una obra detrás muy sólida. Si miras tu discografía en conjunto ¿qué evolución ves?
Creo que es muy interesante al ver la discografía, los distintos caminos musicales por los que me he ido moviendo, tocando y aprendiendo y colaborando en más de 40 temas con otros artistas, desde Compay Segundo a Ojos de Brujo. Cada vez creo que canto dando más sentido a cada palabra, interpretando más, aprendiendo de la pausa, integrando el ritmo, degustando la letra, siguiendo una línea de criterio muy clara. Sabiendo elegir cada vez más y mejor. Creo que a un artista le define mucho su repertorio.
Para muchas mujeres que te siguen eres un referente, una heroína. Te ven como una especie de Espartaca. Pero a la vez como alguien muy cercano, como una amiga. ¿Eres consciente de ese efecto? ¿Qué te parece sentirte voz de otras?
Yo creo que eso, si acaso, tiene que ver con llevar tantos años enamorada de la música, y luchando con honestidad por mi obra contra viento y marea. No me considero voz de nadie sino una voz para tod@s. Y sí, soy cercana, no puedo ser de otra manera ni entiendo las distancias ni el engreimiento. ¡Es tan inestable el éxito! En la sencillez está la verdad para mí.
Siempre has tenido una faceta de comunicadora paralela a la de artista y cantante. Al público de tus conciertos le apasionan tanto tus momentos de canción como tus monólogos entre ellas, donde sueles desplegar tu sentido del humor. Pero últimamente parece que la estás desarrollando aún más con tus conferencias sobre la mujer y la copla y tus programas de radio en Gladys Palmera. ¿Qué puedes contarme de estas experiencias?
Me encanta comunicar, creo que es mi misión, contar, cantar y que la gente sienta y le aproveche. La experiencia en mi programa “Cantes rodados” de Gladys Palmera, es un regalo de la vida. Estoy aprendiendo aún, claro, y de forma muy autodidacta, pero poder mostrar las músicas, las canciones y las voces que he ido oyendo y seleccionando a lo largo de mi vida, es una experiencia que me tiene muy feliz. Respecto a las conferencias, tanto la de “La Mujer y la copla en nuestra educación sentimental”, como la que damos juntos el gran escritor Juan Cobos Wilkins y yo, sobre la unión de Música y Literatura, es otra dimensión en la que me siento muy a gusto, la gente participa, y le contamos, recitamos y cantamos mientras vamos desarrollando el texto basado en lo que hemos aprendido con profundidad, información, análisis y sentido del humor.

Martirio flanqueada por Kiko Veneno y Raúl Rodríguez. Foto de TonoCano/secretOlivo
Amas la música y la palabra. Ya que tienes un programa de radio donde ambas cosas son la base, por qué no nos ofreces un pequeño playlist de lo que hayas descubierto o te arrebate últimamente.
Estoy feliz con Cantes rodados, y voy poniendo las cosas que he ido recogiendo, últimamente lo mejor que he oído es Razón de son, de Raúl Rodríguez, te lo digo con el corazón, la mente y los oídos en la mano. La voz en todo lo que hace de Silvia Pérez Cruz, el disco de Kiko Veneno y Martín Buscaglia, “El pimiento indomable”, la gracia de Maui Ramírez, el directo de La Zarabanda con Juan Perro, el último disco de Javier Ruibal, el disco de Rocío Márquez, tan arriesgado y tan bien cantado. El fado que me tiene loca, últimamente sobre todo Camané y Ricardo Riveiro. En Sudamérica a los que he oído en estos últimos tiempos que no conocía mucho, son Eva Ayllón, Pedro Aznar, Andrea Echeverri, Pascuala Ilabaca, Haydée Milanés, David Torrens, las canciones de Demecer Bueno, Alejandra Robles, Marta Gómez, Georgina Meneses, sigo pendiente de los trabajos de Gema Corredera y de Pável Urquiza, que ahora cada uno por separado no paran de ofrecer glorias… ¡Y mucho más!
Te ocultas en disfraces -cierto que cada vez son más sutiles- pero luego sueltas verdades como puños haciendo gala de una enorme ironía. ¿Cómo se puede tener tan poca vergüenza siendo a la vez tan pudorosa?
No me oculto, me muestro, se me ve todo cantando. Pero me gusta mucho vestir mi voz según lo que cante y me encanta la parafernalia teatral. Y no tengo poca vergüenza, tengo mucha, como se puede analizar a través de mi carrera y el respeto que le tengo a la música. Lo que sí es verdad es que soy tímida y atrevida, recatada y transgresora, me encanta poder organizar en los conciertos un abanico de sentires donde la gente ría, llore, piense, se recoja o se suelte… Lo que más me gusta es que salgan del espectáculo habiendo pasado por sus propios sentimientos reflejados en escena.
La crisis económica y de valores que nos ha zarandeado nos ha golpeado a todos. Pero tal vez con los artistas ha sido más cruel. Al cerrar los grifos se han considerado prescindibles muchas cosas. ¿De qué manera te ha afectado personalmente todo esto?
Como a todos. Y los artistas y los músicos estamos atravesando una verdadera cuerda floja, sin red, para salir adelante! Se han recortado festivales, programaciones, tienes que ir a taquilla pagando un 31 % entre hacienda y autores, además de equipos, viajes, hoteles, sueldos… Es muy tremendo, conozco mucha gente valiosa que no puede trabajar, que le han cerrado sus puertas y lo están pasando fatal. Músicos, técnicos, estudios de grabación… El talento de este país, tiene que estar apoyado, eso sí que es una Marca España de verdad y a la cultura se la deja de lado, como si solo fuera una distracción, qué error tan grande en un país que es potencia cultural de siglos, con lo que va a costar recuperar eso y la falta que nos hace el arte a la gente, en estos tiempos tan grises y convulsos en que hay que inventarse la esperanza.
«Ser andaluza es ir hacia adelante. Cómplice del horizonte»
Has sido siempre muy respetuosa y reverencial con tus maestros, los de la copla, los del pop-rock, los del flamenco y ahora, los de las diferentes tradiciones populares sudamericanas. Ahora, precisamente, parece que desde Sudamérica cada vez más te reconocen y reclaman como una de los suyos. ¿Cómo se siente eso?
Tengo verdadero amor por la música popular latinoamericana, les tengo verdadero respeto a los maestros de aquí y de allá, y en Sudamérica siempre me han recibido y comprendido de gloria desde que voy. No nos terminamos de conocer hasta que nos mezclamos con ellos y eso también les pasa recíprocamente. Sudamérica está viva, con el corazón abierto lleno de pasión y ganas. Estoy muy agradecida a la vida y a la música de que me haya permitido conocer países y gente tan linda y generosa, con tanta hambre de arte.
Siempre has sido muy cuidadosa y puntillosa a la hora de comunicar tu discurso artístico, sabiendo la tendencia a generalizar y prejuiciar que se tiene en los medios de comunicación masivos y en nuestro país, bueno para caricaturizar pero no tanto para las sutilezas. ¿Crees que por fin ya has llegado a no tener que dar tantas explicaciones y que por fin ya se sabe qué lugar ocupas?
Creo que para eso sirve llevar más de treinta y cinco años de carrera. Ha sido mucho el esfuerzo, las penas y alegrías, aunque estas han sido muchas más, por supuesto, y lo siguen siendo. Pero el camino no es nada fácil, la perseverancia, honestidad y el criterio tampoco, y la gente eso lo acaba viendo.
Sé que son dos cosas que te importan pero te voy a hacer elegir -o no-: ¿qué te importa más la opinión del público o la de tus compañeros artistas a los que admiras?
Al trabajar para la gente, realmente te importa todo. Pero lo más fundamental es estar de acuerdo contigo misma, y luego recibir con humildad las opiniones y consejos, las críticas y los aplausos. El público acaba siendo uno solo, como alguien que conoces, alguien cercano que te ayuda y estimula a estar ahí, a seguir buscando y encontrando para dar.
Si pudieras dar un salto hacia atrás y encontrarte con la mujer jovencita que se vino a Madrid en los 80 en plena movida, muerta de miedo y pasión, a buscar su lugar en aquella selva, ¿qué consejo le darías?
Que siga su intuición, que no se venda, que tenga los ojos y los oídos muy abiertos, que los cierre a los charlatanes y mercaderes. Que se cuide y que procure estar con gente que le acepta, le quiere y le enriquecen, porque saben más. Que cuando vaya mal lo aprenda, lo asuma y lo trabaje y cuando vaya bien, lo acepte, lo saboree, lo comparta ¡y ya! A otra cosa. Ni arriba, ni abajo, en el camino, sin permitir que te quite nadie la ilusión ni las ganas. Hay que tener una vocación a prueba de bombas.
Ésta te la tengo que hacer: ¿qué se siente al pasar de escuchar sobre el «hijo de la Martirio» a ser «la mamá de Raúl»?
Se siente un pedazo de orgullo del bueno y una satisfacción muy grande, de haber dado lugar, como siempre digo: los hijos son mejores que los padres, en eso está la fe en el futuro y Raúl me lo demuestra con creces. Es un músico total, y una persona excelente que pone a la gente a gusto allí donde va. Entrega, vocación, sabiduría, respeto, sentido del amor del humor y humildad. Arte.
«En la sencillez está la verdad»
En los últimos tiempos se nos han ido varios grandes del flamenco. ¿Se siente quizás una sensación de que aún nadie ha llegado que ocupe el lugar de los grandes maestros? ¿Crees que, tras varios años de investigación y avance estamos en un cierto período de impass y desconcierto?
Creo que el flamenco está en un momento creativo muy rico, hay grandes intérpretes en el cante, la guitarra, el baile, innovaciones musicales e incorporación de instrumentos nuevos para el flamenco muy ricos y trabajos interesantísimos. Tienen que pasar años para que estos pedazos de artistas cojan el testigo de maestros, pero mientras, da gusto ver el talentazo, el trabajo, el conocimiento y la preparación que hay. Creo por ejemplo, que nunca ha habido más mujeres en el baile con nombre y espectáculos propios.
¿No crees que los grandes medios de comunicación cada vez son más ciegos a lo que verdaderamente está pasando en el ámbito del arte y las músicas?
Realmente el arte que veo no está publicitado como debiera. Parece que hay una sola línea de interés en promocionar…, con el arte que hay en estos momentos y la gente te dice: como no sale en la tele…! Y ¿quién sale en la tele? Es tremendo e intolerable que no haya en alguna de tantas cadenas, un pedazo de programa de música en directo en que los artistas no se vean en play back y puedan mostrar en vivo sus nuevos trabajos que tanto dan de comer al alma de la gente.
¿Dónde pone Maribel la esperanza cuando ve en lo que se ha convertido nuestra sociedad?
En la búsqueda interior, en la conexión con la vida y el arte, informarte, analizar y no tragar con lo injusto en ningún aspecto personal o social, estimularte con los cariños y las cosas bellas, desde un paisaje a un libro… Y me alimenta la fe que tengo en las personas de verdad que con su vida y su ejemplo hacen que los demás aprendamos. En generar amor en general, por encima de todo y de todos.
¿Clásica o moderna?
Contemporánea. Con los pies en las raíces y los sueños en las nubes.
[Entrevista realizada por Héctor Márquez para el número Malditos. 2016.]
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