Música

Destruidnos juntos

Destruidnos juntos

Bien-
aventuradas estas manos es-
tas clavículas en paso incierto por las lomas

           dolorosas de mi cuerpo blanco

…porque sé que desconoces…
la costa entre el infierno en los Estados de Sitio
…porque sé que desconoces…
el olor del amoniaco recubriéndote de espanto

Porque nada sé de ti
que no sea el paso de los bueyes por el rostro

(Porque nada sé de ti
para dejarme matar
he de dejar de mirarte)

Y al final se desentierren 20.000 flores negras
20.000 flores blancas
20.000 espadas con capuchas y electrodos
bajo un régimen de aislamiento

Destruidnos juntos es el primer adelanto de Para quienes aún viven, el primer trabajo conjunto de Niño de Elche y Toundra, un elepé de ocho temas donde exploran territorios comunes de épica e intensidad.

Destruidnos juntos es un tema post-rock de casi diez minutos de duración donde la descomunal voz de Niño de Elche transmite toda la fuerza moral de El saqueo, una epopeya de Enrique Falcón -publicada en 1994- contra el imperialismo y el capitalismo voraz y depredador que lo acompaña; un texto que propone la fraternidad humana como avance y defensa común, en la misma línea que la Teoría de la Liberación o el comunismo libertario.

El vídeo ha sido realizado por Jorge García Escalona, de Ból Studio.

El saqueo es la primera de cinco entregas de La marcha de los 150.000.000, un libro cuya edición definitiva culminó Falcón quince años después. El poema íntegro dice así:

Porque nada sé de ti
que no sea el paso de los bueyes por el rostro

no
de ti porque frente eres
                                        alta de piedra y cordillera en lucha
empinándote con venas sobre todas estas marchas
gimiendo tú de fugas y estaciones secas en la cárcel

por
        eso digo
que nada es tuyo y que dibuja
mi palabra nevados por la sangre
        que la hambruna habría de robarnos
(así los muertos) pájaros heridos y asco de montañas curvándote los ojos—

bien-
aventuradas estas manos es-
tas clavículas en paso incierto por las lomas
       dolorosas de mi cuerpo blanco,

porque sé que no eres cáncer
ni hierba triste torciéndote los hombros

Como un músculo mordido,
como un cuenco de salitre
vi tu huída de las chozas, tu muerte en matemática
oleada de sogas y puñales,
la mordaza de la hoja tras el ruido
cuando era necesario detenerse frente al mar,
no yo,
antes que cayeran las sonajas de la noche
y cantaran con tu nombre los aullidos del mundo.

        (Porque nada sé de ti,
para dejarme matar
he de dejar de mirarte):

                                                                                Del
desastre entre nosotros hay un hombre que escapa
un hombre
perdido en la tormenta, nuevamente como un ciervo
mojándose del luto
un hombre entre los dedos, una rabia
de arena tras las bocas de la muerte,

…porque sé que desconoces…
la costa entre el infierno en los Estados de Sitio,
y el olor del amoniaco y el éter recubriéndote el espanto
allí donde los valles
y una siembra enferma te concentren,
porque nada sé de ti
que no sean tus muslos hablándome tan altos…
que la agitación
                            larga de las luces
—escarcha y limo de volcanes son mi rostro—
rechine tras la edad de los bosques absurdos
y al final se desentierren 20.000 flores negras,
20.000 flores blancas,
20.000 espaldas con capuchas y electrodos:
una líquida mención
a reclusiones bajo régimen de aislamiento

         …Sin camisa apenas
         acribillado de estrellas nueve veces,
         en la madera dientes invisibles
         y el pulmón peleando por una barricada boreal…

Porque nada sé de ti
ni el lugar donde te entierran látigo-de-barro,
que la tierra es de los pobres, cer-
vatillo de estaños tu mejilla y plática del tigre
pudriendo los zapatos de mi dios. 

Por eso el oleaje se desliza de tus ojos
parecida tú a ti cuando hablas
(frío adentro) y revives la revuelta
                             de los puños en Mayo
y el reparto de la tierra y la
necesaria expropiación del pan, o su conquista,
         porque el propio jirón del vuelo ha predicado tu nombre 
                                                                 en las matanzas 
         porque dices arrasal de arena entre las calles
         porque tú, parecida a ti,
nada eres sino cuerpo en horizonte
                        y recodo de savia y bilis tensa del metal
(ansia tú, toda prodigio
hondo de la boca):
                                          …”destruidnos juntos”.

 

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