Opinión y Pensamiento

Bob Dylan no necesita el Premio Nobel

Bob Dylan no necesita el Premio Nobel

Las certezas deberían ser sobrias. Las que se muestran con soberbia dejan de ser certezas.

Durante mucho tiempo, demasiado, la música, percibida por el sentido del oido, ha sido considerada como un arte inferior frente a la literatura. Esta última era considerada la mejor expresión para captar, describir, comprender y reconocer la realidad. Es un arte, la literatura, que se dirige, mayormente, a la razón a través de la palabra escrita (vienen a decir los expertos en certezas). Estas fronteras se han ido desdibujando poco a poco.

Durante siglos se han ido produciendo continuas transferencias en una y otra dirección. Desde los poemas cantados y escritos por Homero (La Odisea no deja de ser una monumental obra musical) hasta los montajes teatrales de Peter Brook, Sálvador Távora o Els Comediants, la música y la creación literaria se contaminan.

Bob Dylan es un músico y poeta que ha cruzado casi todas las fronteras. Ha logrado que la cultura popular musical (blues, folk, country, rock…) se ubique en múltiples memorias del planeta (con la inestimable ayuda del inglés). El hijo de unos emigrantes judíos de Lituania y Rusia se ha convertido en el juglar del siglo XX.

Sus poemas y canciones han sido cantados y recitados por Elvis Presley, George Harrison, Lou Reed, Jimy Hendrix, Joan Baez, Joe Cocker, Stevie Wonder, Eric Clapton, Tracy Chapman o Bruce Springsteeen, entre otros. Sus poemas han sido banderas de causas nobles que se enarbolan hasta nuestros días.

Si tuviese que buscar alguien capaz de competir en esa atalaya de influencia me encontraría con una mujer pintora, ceramista, poeta, bordadora, escultora y cantante. Violeta Parra es la arquitecta y restauradora de la cultura popular de la América Latina.

Sus poemas y su música ha sido adoptada y recitada por Soledad Bravo, Joan Baez, Caetano Veloso, Silvio Rodríguez, Jorge Drexler, Pablo Milanés, Milton Nascimento, Nana Mouskouri, Chavela Vargas, Jasmin Levy o Mercedes Sosa.

No se preocupen los expertos. Este premio ha sido una anomalía. No volverá a ocurrir. En cualquier caso Bob Dylan no lo necesita. Yo si necesito poder seguir cantando los poemas de Lorca, de Alfonsina Storni, de Walt Whitman o de Clarisse Nicoïdski. Cantándolos no se me olvidan.

Eso es la cultura popular (territorio ajeno para los expertos).

Sebastián de la Obra
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