«Eterno femenino» en la Andalucía política
“El feminismo es liberar la mente del sistema patriarcal, de la religión y del capitalismo” Nawal al Sandawi
Nawal al Saadawi (Egipto, 1931) sufrió muy joven la mutilación de sus órganos genitales (MGF). Médico y luchadora feminista, ha sido asesora de las Naciones Unidas en el Programa para la Mujer en África (CEP), presa política -en varias ocasiones- en Egipto y es conocida por su libro La mujer y el sexo (1972). Representa una de las voces más importantes del feminismo de clase del Sur, una voz que viene del Sur para hablar a otros Sur.
“Andalucía es la tierra de María”, “Andalucía está gobernada por una presidenta”, si prestamos atención a estas afirmaciones: Andalucía es una tierra en la cual «lo femenino» es una seña de identidad. Pero… ¿Qué femenino? ¿El “eterno femenino” del que nos hablaba Simone de Beauvoir? ¿Existe una sobreexposición de la mujer en la realidad andaluza y, por lo tanto, la lucha feminista en nuestra tierra debe circunscribirse a la lucha por asegurar la igualdad y a la erradicación de la violencia contra las mujeres?
Con estas premisas podríamos llenar estas líneas cuantificando los agravios que sufrimos las mujeres andaluzas en el campo de la discriminación laboral, las necesidades específicas que requerimos desde los Servicios Sociales, las políticas de conciliación que afectan a las mujeres y no a los hombres, la coeducación en las escuelas, o, sin duda, las muertes causadas por la violencia machista. Nunca se denuncia lo suficiente la violencia asesina contra las mujeres, ni se recuerda el teléfono de auxilio y denuncia contra esta violencia, el 016,.
Vivimos un tiempo en el que todo se enmascara bajo el velo de «la Modernización» y la parcelación. Reina el: “Ya hemos conquistado mucho, aunque nos queda mucho, debemos seguir por esta senda.”, la senda marcada por el poder institucional y no formal.
Ante esta gran evidencia “positiva”, existen agoreras como Nawal al Sandawi: “Estoy en contra de todos los Gobiernos, porque sólo apoyan a las mujeres que trabajan para ellos”. En Andalucía, el Gobierno de doña Susana Díaz y muchos gobiernos municipales, (no hablaré del gobierno del Estado), reducen la realidad de la mujer a las áreas de Servicios Sociales… Las mujeres debemos ser tuteladas por el asistencialismo. Para poder modificar las estadísticas debemos adaptar nuestra actividad como «mujeres» a este marco institucional, al campo de juego que el Poder ha definido para nosotras. Ni siquiera durante el Gobierno Andaluz de coalición entre IU y PSOE se forzó la existencia de una Consejería de la Mujer. Y ahora que, de nuevo, el número de las consejerías ha aumentado, el área transversal de la mujer, está sometido a la visión asistencial o de solidaridad.
¿Debemos seguir quienes nos reclamamos del feminismo o de los feminismos en esta senda?, ¿Dónde quedan las relaciones de dominio que implica el patriarcado dentro del nuevo capitalismo global? ¿Debemos renunciar a la lucha contra esa forma de dominio, porque una mujer sea Presidenta? ¿Debe renunciar el feminismo a ser una parte fundamental de las acciones y de la cultura emancipadora de las izquierdas en la “Tierra de María”? ¿Nos debe excluir la izquierda partidista de su actividad?
“Para ser feminista, no basta con ser mujer” afirmaba Nawal Saadawi, y añade: “porque [Hillary] Clinton es mujer pero también es a la vez capitalista, patriarcal y religiosa, que son las causas por las que la mujeres estamos oprimidas” ¿Podríamos decir lo mismo de doña «Susana de España»?
El feminismo no es la lucha por situar a las mujeres en los puestos claves del capital como nos recuerda esta doctora egipcia. El feminismo es una fuerza que rompe con lo establecido para denunciar su capacidad de lo que se llamó el “Sistema”, y que ahora parece tan rancio, para imponer un dominio injusto, como si la discriminación que se evidencia sobre las mujeres fuese algo privativo de quienes tenemos un útero, “Tota mulier in utero: es una mujer” (S. Beauvoir). Escondido bajo un “burka” o tocado con una peineta de nácar «el dominio patriarcal» sirve para someter a mujeres y a hombres, con diferentes matices, pero es un mecanismo de control. “Yo no separo entre la opresión de clase y la opresión patriarcal.”, afirma en la entrevista Nawal al Sandawi.
Revindicar el feminismo -aquí y ahora en Andalucía- es identificar uno de los factores claves para la dinamización de la transformación democrática y del proceso constituyente que va a vivir la sociedad española tras las elecciones generales del mes de diciembre. Un proceso transformador en el cual Andalucía debe tener voz propia. La razón es muy simple, aquí conocemos como nadie el rostro maquillado o no del dominio patriarcal, enmascarado de Modernización capitalista.
De fuera vendrán y te cantaran la cuarenta…
Gracias Nawal al Sandawi por describir tan bien el feminismo de clase.
(Reflexiones desde Andalucía a la entrevista a Nawal al Sandawi en el diario El País el día 27 de septiembre de 2015)
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