Jesús Bienvenido: un tipo especial
La primera vez que fui a Cádiz por los Carnavales tendría 19, era 2010. Me quedaba en casa de los abuelos de mi amigo Nacho, que a pesar de llevar cincuenta años en Cádiz nunca se aficionaron al Carnaval. Era viernes de final. Nacho me advirtió: “Quillo, que este nota no es normal”. Ese año, no sé bien por qué, no había estado demasiado pendiente del Carnaval, pero aparecieron en la pantalla unos tipos vestidos de delincuentes, simpatiquísimos y envidiablemente guapos. Y empezaron los acordes de aquella presentación tan canallesca como armoniosa, pegadiza y brutalmente seductora: Los Santos.
He escuchado la comparsa de este año de Jesús Bienvenido, Los imprescindibles, y tengo la impresión de que este tipo es de los mejores músicos que ha pasado por España en mucho tiempo en cuestión de música “popular”. Recordar a los grandes de la copla es muchas veces irrenunciable, y no hablo de la copla carnavalesca de Cádiz, digo la copla en general, irrenunciable, sí, pero merece la pena ver qué se hace hoy. Carlos Cano, por ejemplo, metía notas inmetibles donde no cabían y sin embargo, ¡chas! ¡Magia! ¡Suena bien! Bienvenido no hace tanto eso, no da la nota imposible, pero maneja el tempo y la síncopa como nadie y da la nota justo ahí, cuando se esperaba la nota siguiente de la escala, cambia, y nos vamos del Carnaval de Cádiz a esas noches azules del otro lado del Atlántico.
El pasodoble de Bienvenido tiene unos matices de jazz que llevan directamente desde La Tacita hasta la afrancesada mugre de New Orleans. Hablamos orgullosamente y con razón de la oda al buen gusto que acaban de hacer Chano y Josele, pero esto que acaba de hacer Bienvenido también es de tener en cuenta. El disco de Chano y Josele no está hecho para cualquiera, y no se me malinterprete, sin embargo, la comparsa de Bienvenido cantará por las calles de Cádiz al módico precio de gratis, está hecho al modo popular de las viejas comparsas que olían al vino de los camerinos… pero con ese toque que sólo le puede dar un tipo especial.
Y además, ese mensaje que tiene, ese homenaje sordo que hace a quién peor lo está pasando, esa gente que lucha toda una vida… ¡Ah, Bienvenido, qué grande eres!
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