Para seguir, el tercer sueño cantado de Fernando Lobo
Con la impalpable forma del sueño nace una canción, como onda terrestre, como verbo encendido, como galope unánime. Fernando Lobo lo sabe y sabe que quien persiste gana en el azaroso mundo de los cantores populares que van y vienen con su guitarra al hombro, con su utopía esculpida al margen de las grandes campañas promocionales, de los grandes hits de inanidad programada, de los 40 Principales de todos los demonios.Tercer alumbramiento del trovador gaditano este Para seguir cuyo título denota la tentativa del hombre infinito o del cantor infinito que ha de seguir machadianamente el camino, no detener el paso, versificando el mundo con palabras como alas.
Fernando Lobo es un cantautor ecléctico, suma de influencias perfectamente asumidas pero también dueño de una indudable personalidad.Para seguir es el mejor de sus tres discos, el más acabado de todos, el más preciso en ese mosaico de sones que sugiere. Le acompañan en su tercera odisea cantada Pablo Chino (percusiones y batería), Andy Pérez (guitarras) e Ignacio Lobo (bajo). Como responsable de la grabación figura la solvencia de Josema Dalton.
“Te regalo las preguntas/ que nos quedan por hacer/para descubrir el mundo…”. Terceto inaugural, olor a horizonte, a mar, a presente eterno de fugitiva permanencia. “Regalo” es el primer presente del disco, aldabonazo de espuma. Fernando Lobo es un hacedor de canciones que sublima lo nimio, lo cotidiano con canciones conformadas a base de luz clamorosa como la amorosa “Bendito poniente” o la poética evanescente de “En el aire” donde canta que es hermano del viento, hijo del mar que del poniente se aleja prometiendo regresar.
La huella arábiga o la llama del blues o el guiño a Silvio Rodríguez o a Ruibal. Todo un mundo de sensaciones viaja en los acordes de Fernando Lobo que funde las palabras y la carne en “Relojes” o recibe alborozado en “Con la primavera” el primoroso aliento de las flores en un hermoso mano a mano con Jesús Bienvenido. No será Bienvenido el único de los músicos invitados al territorio cómplice y sonoro de Para seguir. También están prestando su genuino talento El Kanka, Chipi de la Canalla, Antonio Toledo, Antonio Lizana, Javier Galiana, Jaime Moreno, José Simonet o Elena Jiménez y Manuel Meijome de El domador de medusas. Una relación que no acaba aquí y que completan Sergio Carrillo, Lara Sansón, Juan Almaraz, Jesús Núñez, Andy Bustos, Güiomar Hidalgo, Paula de Alba, Chano Moreno y Javier Martínez.
Un saxo que entra o un clarinete que anega el pecho o el sonido de un piano besando las orillas flamencas o de una batería vibrando en el aire. De ese modo se van pintando las acuarelas de Para seguir mientras Lobo le canta al instante que entraña una canción (“En lo que dura una canción/ se para el tiempo/ se sueña la razón y no se calla”). Soñar la razón, acometer un blues de las despedidas, recrearse en el ombligo ardiente de la amada (“Contigo del mundo”) o cobijarse de la mano de la privilegiada pluma periodística de Enrique Alcina en un universo de rosas y mosquitos donde pagan justos por embaucadores, espejo deformante y deformado de los tiempos que corren.Todo eso fluye y confluye en la senda de idas, venidas y encrucijadas de Para seguir.
Ser carne de canción, alevosa cuerda de guitarra, luna noctámbula que fulge en la campiña o lluvia que abraza la tierra sedienta. Fernando Lobo persiste y canta culminando su viaje musical con el eco que da título al disco, emblema y caricia de su voz luminosa: “Navegando entre dudas y preguntas/ tengo miedo a naufragar/ intento interpretar la señales/ que me alejen del temporal…”.
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