Niño Miguel y Rafael Riqueni: Dos y sus circunstancias
Quizá sea fruto del desconocimiento general o de la incapacidad de influir en las variables que dictan las infranqueables normas de la vida, pero a menudo necesitamos descargarnos en el azar. Y eso por no hacerlo en el destino o en los dioses, la bolita hablando en términos flamencos.
Este comportamiento resulta totalmente comprensible, ya que constantemente nuestra realidad nos supera, llevándonos a un terreno de desesperanza y desasosiego del que es difícil salir. Es en ese contexto tan desfavorable, en el que encontramos refugio y desahogo en la suerte o en el sino para intentar adivinar el porqué de las cosas.
Lo más fuerte del asunto, como vino a referir el filósofo Ortega y Gasset, es que uno no tiene bastante con entender con las circunstancias, azarosas en muchos de los casos, además tiene que lidiar consigo mismo, y eso a veces resulta complicado.
Seguidamente presentamos dos historias singulares relacionadas con la famosa cita “Yo soy yo y mi circunstancia y si no la salvo a ella no me salvo yo”. Dos guitarristas de primer orden que, llenos de valentía, generosidad y esfuerzo, tuvieron que superar una atmósfera adversa para sacar a flote todo su talento.
El primer caso se dio en (Huelva 1952-2013) hasta hace muy poco. Con Niño de nombre y Miguel de apellido está casi todo dicho. Falta añadir la fuerza de su toque, el cariño y admiración de todos y una enfermedad maldita que empujó a la muerte a este artistazo.
El segundo evoca a la esperanza. Tras mucho tiempo de inactividad debido a problemas de salud, el genio trianero de Rafael Riqueni (Sevilla 1962) está de vuelta y eso son palabras mayores. Con su renacimiento, la guitarra flamenca recupera a uno de los creadores más fructíferos de la actualidad, quien pesar de contar con una carrera irregular pero llena de picos y reconocimientos, como demuestra haber obtenido el primer premio de guitarra en Córdoba y Jerez, además del reciente Giraldillo a la Maestría, quiere más y no va a parar hasta conseguirlo, motivo de celebración para todos.
Una vez presentados, os dejamos una joya de cada uno. Dos ejemplos de superación y casta. Dos regalos llenos de sensibilidad y franqueza que nos regala la vida, el azar o el destino y que no debemos desaproveharlos, aunque a veces se nos ponga cuesta arriba la muy borde.
También te puede interesar...
- Manuel Molina: Almíbar y despago - abril, 2016
- La última revolución jonda - febrero, 2016
- Rocío Molina y Rocío Márquez: un pasito más - junio, 2015
