A Camarón de la Isla
Sobre la misma columna, abrazados sueño y tiempo,
cruza el gemido del niño la lengua rota del viejo.
Federico García Lorca
He aquí quién os ha visto en todos los fregaos, desde cada uno de mis exiguos cuerpos, en lo bello y lo inexplicable, en lo fascinante y lo nauseabundo, en ese pellizco del tiempo al que llamáis vida.
He cuidado la memoria de los hombres y conozco las condenas venideras. Me sé el principio y el final de una raza con la insólita costumbre de traicionarse. Conozco el día de tu llegada.
En la Isla, los pájaros pegaban gritos por ti mientras las olas rumiaban el conjuro de un hechizo eterno. Nació un niño encerrado en el cuerpo de un hombre. Luego fuiste un joven que buscaba en caracolas el eco de su voz.
He visto tus pisadas donde la gente guarda sus tesoros, sentido el decoro en tu mirada, he abrazado al hada de las canciones por tocarte con su varita mágica. Quizás por eso la gente te considera por encima de la gente, como si el huracán que brota de tu gaznate les convenciera del milagro de los días, como si tragaras penumbras y escupieras un trozo de sus almas. Hay algo del mar al final de tus susurros, un trozo de cielo en el alegre quejío que has regalado.
Ahora que ya no se te ve, te sobran infinitos por vivir.
‘La Guasa de la Memoria‘ son una serie de relatos publicados en secretOlivo.com inspirados en las grandes figuras de la cultura andaluza.
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