La Macanita: La luna y la Tomasa
Se reconocieron al instante y se gustaron. La una era morena y cantaora ya desde chiquita; con solo 4 añitos desprendía ternura por bulerías en Rito y Geografía del Cante. La otra siempre atenta, se reflejaba en su dulzura y se dormía a base de nanas una noche sí y otras también; algunas veces nuevas y otras llenas, pero siempre alta y jerezana.
La una se hizo mayorcita y artista, dejando atrás bodegas y ferias sacó su primer trabajo discográfico en el 89. Inevitablemente llevaba un guiño para la otra, quien tantas veces la había inspirado, y lo tituló A la luna nueva. La otra devolviéndole el favor, la seguía allá donde actuase; y en Berlín, París o Nueva York, brillaba más que nunca por malagueñas, soleares o seguiriyas.
La una hace tiempo que no graba, cosa que se echa de menos. Fue ya en el 2002 cuando alcanzó su culmen artístico en aquel disco titulado La luna de Tomasa, como no podía ser de otra manera. La otra sigue allí en lo alto, resplandeciente y esperando desde entonces a que se anime la gitana y vuelvan a las seis de la mañana, cantando y bailando de la mano.
También te puede interesar...
- Manuel Molina: Almíbar y despago - abril, 2016
- La última revolución jonda - febrero, 2016
- Rocío Molina y Rocío Márquez: un pasito más - junio, 2015
