
Fernando Lobo afinando para empezar un recital. Foto de TonoCano/SecretOlivo
Una de esas tardes inolvidables en las que un juego era un Juego, el enemigo el mejor de los amigos, y la madre que nos esperaba en casa largamente pasado el toque de queda, era el único motivo para dar por finalizada la batalla. Aquellas tardes bañadas por el sol de la infancia que adormeció a Machado en Collieure, regresan a través de la alegría que nos regalan los niños cantando.
Lobo —mi hermano Fernando—, nos enseña a través de las palabras que laboriosamente ha conseguido recoger en estos últimos años, los sueños de alma blanca y corazón enorme que lleva escondidos entre sus juguetes. Nos cuenta cómo soñar es el mejor motivo para rebelarse contra el mundo de los mayores, ese con guerras y paces sin sentido.
Cantar, sólo cantar. Volar, sólo volar. Jugar, sólo jugar…
Manuel Mª Álvarez
prólogo de Diario del niño que quería ser poeta o pájaro
Podéis comprar Diario del niño que quería ser poeta o pájaro con el último disco de Fernando Lobo en un pack especial que ofrece la editorial Origami, disponible aquí
También te puede interesar...
- Alhambra Monkey Week 2023 - noviembre, 2023
- sobre ‘Zarabanda’ - septiembre, 2023
- Zarabanda - septiembre, 2023

