Espacios naturales

Paisaje de los sentidos. Representación

Foto de TonoCano/SecretOlivo

El programa El Parque a través del Arte ha convertido el Centro de Interpretación Las Amoladeras en un escenario para pintores y fotógrafos con un común denominador: el motivo especial temático es la interpretación del paisaje. Por aquí transitó, por ejemplo, Julio Egea López (Galera, Granada, 1962), en su faceta de pintor, obsesionado por el aspecto desasosegante de la realidad.

Los restos del naufragio están presentes en distintos autores. Los elementos arrojados por el mar, lo que desprecia la realidad cotidiana, renace con nueva vitalidad en la obra de Ricardo Avendaño, escondido un tiempo en Las Negras, a través de Ruinas (1998): Había una vez una mesa-camilla que se quedó olvidada después de muchos años, quién sabe cómo se mide el tiempo de los objetos más próximos. El objeto permanece para millones de remiendos y olvidos. Desperdigados en trozos el corazón que escuchó encuentros junto al fuego, tuvo que esperar en silencio. No consta el lugar y cómo fue el momento del encuentro con Ricardo Avendaño, pero es fácil de intuir. En silencio y junto al aire bajo el cielo. O en los interiores del sótano. Camuflado. El pintor vio el secreto del paisaje.

En la obra de Manuel Fernández Castilla (Almería, 1950), “el arte me mantiene vivo”, en un periplo viajero por las arenas de la playa, por los espacios naturales, es la historia de los naufragios sobre los que ha cimentado su sueño cotidiano. El escultor ha sacado las leyendas de los restos de la naturaleza para promover los derechos humanos de las rocas y de los troncos desahuciados.

Es un mundo de desechos en el que también sobrevive Uli Rutz. Las rocas volcánicas son la puerta de entrada al mundo del escultor Uli Schwander.

Un sentido utilitario, una oportunidad a los elementos proletarios del suelo, las basuras, se encuentra en la obra de Rafael Ebrero: “Cabo de Gata me ha influido por el paisaje, por el ambiente, allí  comenzó mi concienciación sobre la basura, influye en mi forma de vivir, en el ambiente. Y en mi propia concienciación social”.

En este mundo de náufragos se encuentra Lucía Esteban. “Me muevo entre la expresión de dificultades y la ironía de  la vanidad del mundo”, en sus paseos por la playa, “me interesan los procesos en que la materia se degrada, me encantan las formas que la naturaleza dibuja por sí misma, la naturaleza pinta colores y dibuja, y eso me interesa mucho”.

Elo Vega (Huelva) permanece en Fernán Pérez: “Mis esculturas responden a los sentimientos humanos”.

Menchu Gómez Martín (Canarias) quedó cautivada por la luz cambiante de Almería, y un viaje efímero se hizo permanente: “El Mediterráneo es un pájaro amarillo”. Tras trabajar con restos de naufragios, ha desplegado su sensibilidad más singular al dibujo de los lugares que la mantienen. Mundo del Cabo de Gata. En el mismo lugar donde pasó victorioso el sacrificio de Ulises, maldiciendo no poder permanecer cautivo en el refugio de las Sirenas. El largo tiempo del deseo ante un amor imposible. El faro hace guiños al aire, sabedor de que sus palabras son reflejos que viajan a la velocidad de la luz, al otro lado del tiempo. Palabras por ecos del aire. Y el mar.

En este paisaje de los sentidos. Llueve.

Miguel Ángel Blanco Martín
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